viernes, 16 de abril de 2010

ASMA


El asma es una enfermedad crónica del sistema respiratorio caracterizada por vías aéreas hiperreactivas (es decir, un incremento en la respuesta broncoconstrictora del árbol bronquial).[ ]Las vías aéreas más finas disminuyen ocasional y reversiblemente por contraerse su musculatura lisa o por ensanchamiento de su mucosa al inflamarse y producir mucosidad,[ ]por lo general en respuesta a uno o más factores desencadenantes[ ]como la exposición a un medio ambiente inadecuado (frío, húmedo o alergénico), el ejercicio o esfuerzo en pacientes hiper-reactivos, o el estrés emocional. En los niños los desencadenantes más frecuentes son las enfermedades comunes como aquellas que causan el resfriado común.
Ese estrechamiento causa obstrucción y por tanto dificultad para pasar el aire que es en gran parte reversible, a diferencia de la
bronquitis crónica donde hay escasa reversibilidad. Cuando los síntomas del asma empeoran, se produce una crisis de asma. Por lo general son crisis respiratorias de corta duración, aunque puede haber períodos con ataques asmáticos diarios que pueden persistir por varias semanas. En una crisis severa, las vías respiratorias pueden cerrarse tanto que los órganos vitales no reciben suficiente oxígeno. En esos casos, la crisis asmática puede provocar la muerte.
El asma provoca síntomas tales como respiración sibilante,
falta de aire (polipnea y taquipnea), opresión en el pecho y tos improductiva durante la noche o temprano en la mañana.[ ]Entre las exacerbaciones se intercalan períodos asintomáticos donde la mayoría de los pacientes se sienten bien, pero pueden tener síntomas leves, como permanecer sin aliento -después de hacer ejercicio- durante períodos más largos de tiempo que un individuo no afectado, que se recupera antes. Los síntomas del asma, que pueden variar desde algo leve hasta poner en peligro la vida, normalmente pueden ser controlados con una combinación de fármacos y cambios ambientales pues la constricción de las vías aéreas suele responder bien a los modernos broncodilatadores.

Clasificación
Asma producido por esfuerzo. Entre 40% y 90% de la población asmática infantil, presenta broncoconstricción durante el ejercicio, de breve duración.
Asma nocturna. Es otra presentación, más frecuente en pacientes mal controlados cuya mortalidad (70%) alcanza pico en la madrugada.
Asma ocupacional
Asma alérgica
Asma estacional

CAUSAS
El asma es causada por una inflamación de las vías respiratorias. Cuando se presenta un ataque de asma, los músculos que rodean las vías respiratorias se tensionan y el revestimiento de dichas vías aéreas se inflama. Esto reduce la cantidad de aire que puede pasar y puede conducir a que se presenten sonidos sibilantes.
La mayoría de las personas con asma tienen ataques de sibilancias separados por períodos asintomáticos. Algunos pacientes tienen dificultad prolongada para respirar con episodios en que este problema se incrementa, mientras que otros pueden presentar tos como el síntoma predominante. Los ataques de asma pueden durar de minutos a días y se pueden volver peligrosos si se restringe el flujo de aire de manera severa.
En las personas sensibles, los síntomas de asma pueden desencadenarse por la inhalación de sustancias causantes de alergias, llamadas alergenos o desencadenantes.
Los desencadenantes comunes de asma abarcan:
Animales (caspa o pelaje de mascotas)
Polvo
Cambios en el clima (con mayor frecuencia clima frío)
Químicos en el aire o en los alimentos
Ejercicio
Moho
Polen
Infecciones respiratorias, como el resfriado común
Emociones fuertes (estrés)
Humo del tabaco

SINTOMAS
Tos con o sin producción de esputo (flema)
Retracción o tiraje de la piel entre las costillas al respirar (
tiraje intercostal)
Dificultad para respirar que empeora con el ejercicio o la actividad
Sibilancias:
episódicas
pueden empeorar en la noche o en las primeras horas de la mañana
pueden desaparecer espontáneamente
mejoran cuando se utilizan medicamentos que dilatan las vías respiratorias (broncodilatadores)
empeoran al inhalar aire frío
empeoran con el ejercicio
empeoran con la acidez gástrica (reflujo)
por lo general comienzan súbitamente
Síntomas de emergencia:
Labios y cara
de color azulado
Disminución del nivel de conciencia, como somnolencia severa o confusión, durante un ataque de asma
Dificultad respiratoria extrema
Pulso rápido
Ansiedad intensa debido a la dificultad para respirar
Sudoración
Otros síntomas que pueden estar asociados con esta enfermedad son:
Patrón de respiración anormal, en el cual la exhalación se demora más del doble que la inspiración
Paro respiratorio transitorio
Dolor torácico
Aleteo nasal
Opresión en el pecho

Diagnóstico
El diagnóstico del asma comienza con una evaluación del cuadro clínico, la historia familiar y antecedentes de riesgo o crisis anteriores tomando en consideración el tiempo de evolución del cuadro y las crisis. La mayoría de los casos de asma están asociados a condiciones alérgicas, de modo que diagnosticar trastornos como
rinitis y eczema conllevan a una sospecha de asma en pacientes con la sintomatología correcta: tos, asfixia y presión en el pecho.[22] El examen físico por lo general revela las sibilancias que caracterizan al asma. Es importante evaluar si el paciente ya recibió algún tratamiento antes de la consulta médica, así como los eventos desencadenantes de la crisis.
El examen físico es vital, a veces no da tiempo examinar con detalle, sin embargo se perciben las características sibilancias a la
auscultación. En algunos casos severos, la broncoobstrucción es tal que se presenta un silencio auscultatorio, sin embargo, el resto de la clínica es tan florida por la incapacidad respiratoria que el diagnóstico no amerita la percepción de sibilancias para el tratamiento de estas crisis severa de asma. Esa angustia y sed de aire puede indicar una crisis severa que amerita tratamiento de rescate inmediato para revertir el broncoespasmo antes de continuar con el examen físico detallado. La inspección del tórax puede mostrar tiraje o retracción subcostal o intercostal. Las dimensiones del tórax en pacientes asmáticos crónicos varían en comparación con niños no asmáticos, característico el aplanamiento costal. La inspección puede revelar detalles al diagnóstico, como el descubrimiento de dermatitis alérgicas, conjuntivitis, etc.
Existen varios exámenes que ayudan al diagnóstico del asma, entre ellas pruebas de función pulmonar, pruebas de
alergia, exámenes de sangre, radiografía del pecho y senos paranasales

TRATAMIENTO
El tratamiento tiene como objetivo evitar las sustancias que desencadenan los síntomas y controlar la inflamación de las vías respiratorias. Usted y su médico deben trabajar juntos como equipo para desarrollar y llevar a cabo un plan para eliminar los desencadenantes del asma y vigilar los síntomas.
Existen dos clases básicas de medicamentos para el tratamiento del asma que son:
Medicamentos de acción prolongada para prevenir ataques
Medicamentos de alivio rápido para su uso durante un ataque
Los medicamentos de acción prolongada se utilizan regularmente para prevenir ataques y no para tratarlos. Tales medicamentos abarcan:
Corticosteroides inhalados (como Azmacort, Vanceril, AeroBid, Flovent) que previenen la inflamación
Inhibidores de leucotrienos (como Singulair y Accolate)
Broncodilatadores de acción prolongada (como Serevent) que ayudan a abrir las vías respiratorias
Omilizumab (Xolair) que bloquea una ruta que el sistema inmunitario usa para desencadenar síntomas de asma
Cromoglicato disódico (Intal) o nedocromilo sódico (Tilade)
Aminofilina o teofilina (ya no se utilizan tanto como en el pasado)
Algunas veces, se usa un solo medicamento que combina esteroides y broncodilatadores (Advair, Symbicort)
Los medicamentos de alivio rápido o de rescate se utilizan para aliviar los síntomas durante un ataque y abarcan:
Broncodilatadores de acción corta (inhaladores), como Proventil, Ventolin, Xopenex y otros
Los corticosteroides, como metilprednisolona, se pueden administrar directamente dentro de la vena (intravenosos), durante un ataque severo, junto con otros medicamentos inhalados
Las personas con asma leve (ataques poco frecuentes) pueden utilizar los medicamentos de alivio rápido cuando sea necesario. Las personas con asma persistente deben tomar medicamentos de control regularmente para evitar los síntomas. Un ataque severo de asma requiere evaluación médica y puede ser necesaria la hospitalización, administración de oxígeno y medicamentos intravenosos.
Un espirómetro es un dispositivo simple para medir qué tan rápido puede uno sacar el aire de los pulmones y le puede ayudar a uno a ver si se aproxima un ataque, algunas veces, incluso antes de que aparezca cualquier síntoma. Las mediciones del flujo máximo pueden ayudar a mostrar cuándo se necesita un medicamento o cuándo es necesario tomar otra medida. Los valores de flujo máximo de 50 a 80% de la mejor medición personal de un individuo son un signo de un ataque de asma moderado, mientras que los valores por debajo de 50% son una señal de un ataque grave.

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